"El universo es tan pequeño o tan grande como tú quieras que sea..." se dijo así mismo, y sacó las tijeras del cajón de manualidades.
Él sabía que si las utilizaba de aquella forma, las tijeras perderían el filo. Estaban hechas para cortar papel, más no le importó.
Sin titubear, empuñó el frío mango metálico, frunció el ceño, abrió totalmente las cuchillas y cortó.
Cortó.
Cortó al viento,
dividió el tiempo,
separó el espacio,
cortó las dimensiones,
dividió la luz,
separó el pensamiento...
Al terminar, todo había cambiado.
No se distinguía inicio ni final claros, tampoco cielo ni tierra. Los colores eran indefinibles.
El tiempo no era estático, pero tampoco transcurría. Aún menos se podía decir si avanzaba o retrocedía.
Los cuerpos flotaban, explotaban, implotaban, se evaporaban, se fusionaban, caían, llovían, burbujeaban...
Todo había cambiado y, sin embargo, sabía que todo era lo mismo.
Incluso las tijeras eran las mismas, aunque ahora habían perdido todo el filo.
Sólo estaban hechas para cortar papel.
1 comentario:
Las fotos me dieron mucha gracia, haha, el escrito me encanto, dentro de todo este texto tal ves se encuentre algo mas detras o algo mas explicito que si pueda entender :S, como fantasia me encanto! yo no quisiera esas tijeras, no no no.
Publicar un comentario