08 noviembre 2011

Una sonrisa y vaso de agua.


Hablar de algo desconocido es absurdo e infantil, pero, ¿Por qué no arriesgarse? Arriesgarse a creer que esta ocasión va a ser diferente, que aunque la eternidad resulte terriblemente corta, esa eternidad y ese desconocimiento hace que  lo queramos una y otra vez, y que al fin de cuentas aunque  el miedo nos ciegue por algún tiempo  acabamos por caer.

La mayoría de nosotros quisiéramos saber lo que nos espera al final del día, quisiéramos saber si esa persona que comparte el asiento con nosotros sera más que eso. La otra gran mayoría estamos muy bien con lo que es. Y algunos más seguimos atrapados en lo que fue; esa parte del no saber es lo que le da intriga a la vida, por lo que algunos luchamos y por lo que otros nos quedamos en un reposo continuo, solo viendo pasar gente, sin ver caras, solo sombras.

No sabemos pero queremos ser, ser lo que en secreto pensamos, lo que en silencio anhelamos, ser algo sin haberlo planeado, ser un final, no de esos inconclusos; al menos, ser poco pero ser algo.

Quiero ser realidad y no ser tu ideal.
Ser tu momento vivido.
Aquello que esperas.





Deseo, Pregunta, Duda, Destino, Consecuencia, Acción, Sueño. Tienen algo en común.



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