07 mayo 2011

No te confundas, Lucifer es la verdadera estrella de la mañana.


El mundo está lleno de gente que dice bobadas, pero ninguna carece por completo de sentido. No importa lo simple que sea una frase. Siempre habrá un oyente atento que pueda sacarle un sentido oculto. Se puede decir que la humanidad entera es estúpida o bien que es inteligente.

Cuando uno no entiende algo, todo su esfuerzo se centra en que los demás no lo noten para salvaguardar así su honor y buen nombre. No comprender estimula el amor propio. Por eso la gente ordinaria habla con osadía de lo que no entiende, como si realmente fuese experta en los asuntos más peregrinos. Los sabios, por el contrario, dicen lo que entienden como si no lo comprendieran realmente.

Ensalzar lo que no se entiende siempre ha sido costumbre de los humanos más necios.

Las personas que se muestran con los demás tan tercas como él, suelen inferir de su terquedad una especie de superioridad que no existe. Frente a cualquier discusión, piensan que han salvado su honra y que sus planteamientos han resultado vencedores. Ni siquiera son capaces de imaginarse que los demás les desprecian precisamente por este motivo. Sin duda, la suya es una forma de felicidad. Felicidad de idiotas, pero al fin y al cabo felicidad.

Al final puede que la sociedad entera no sea más que una especie de congregación de lunáticos, formada por miles de chalados, cada uno con su obsesión particular. Y cuando los locos se juntan, lo único que hacen es enfadarse, pelearse o robarse unos a otros. En una sociedad como ésta, cualquiera que atienda a razones y sepa reflexionar mínimamente sobre las cosas se convertirá en un estorbo, y lo encerrarán en un manicomio. ¡De ello se deduce que los encerrados son los cuerdos y los que andan sueltos por la calle los dementes!

A pesar de que hay cosas que nunca llegarán, tendemos a seguir esperanzados sin poder evitarlo. Lo mejor en ese caso es concentrarse y permanecer inmóvil. Aunque es más fácil decirlo que hacerlo.

Si nos fijamos en esos hombres de hoy en día, que parecen tan capaces, comprobaremos con aólo rascar un poco en la superficie que lo único que saben hacer es mentir y engañar para ganarse la simpatía de la gente, sobornar a los demás para hacerse ricos o usar la fuerza para amenazar y quitarse del medio a quienes les molestan.

La raza humana, en su necedad, será capaz de extinguirse antes de renunciar voluntariamente a la fantasía sobre su propia trascendencia como especie.

Sería intolerable que las grandes verdades se pudieran alcanzar sólo mediante el mero disfrute. El que esté dispuesto a entrar en el fondo de las grandes verdades, tiene que estar dispuesto también a colgarse de un precipicio, arrojarse al vacío y morir para resucitar a la vida.

…causaba frustración lo inútil que resultaba arrojar cierta luz sobre esas almas tan ignorantes.

Es más que lamentable descubrir que uno debe vivir su vida como hombre confinado en un mundo de naturaleza inhumana.

Se supone que los hombres somos muy inteligentes, pero todos tenemos la misma debilidad: seguimos nuestras costumbres sin cuestionarnos nada.


Todo lo que está vivo ha de morir. La existencia no tiene sentido, y quizás los más sabios sean los que mueren más jóvenes.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Me encanta que a la vez seas la mente mas incomprendida y menos valorada, así te veo yo, sabes que por mi parte no es así y es todo lo contrario, igual y también es malo el otro extremo. Que mas da. Algunas veces llego a amarte. :3

Ed M. dijo...

:') <3

*** Daniel Cortés... dijo...

Rescato muchas de tu frases, una de ellas y creo la más importantes es:
"Todos tenemos la misma debilidad, seguimos nuestras costumbres sin cuestionarnos nada"

Felicidades, arrojas luz a aquellos que viven entre sombras, sin querer pecas del pecado mismo.

Saludos