02 junio 2011

Reflexiones y comentarios sobre el número 23.



Hola a todos, como saben no habia escrito en mucho tiempo, mi eterna musa se tomó unas largas vacaciones, pero regresó pues su sindicato no le permitió licencia para mas dias, espero les guste lo que resultó de una larga reconsiliación.

NOTA: hablo en tercera persona no con el objetivo de generalizar, es solo parte de la lírica y el modo de lograr una empatía por los que esten pasando por algo similar o ya la hayan pasado.

El día que cumples 23 años, -y créeme, lo sé de primera mano; te das cuenta de lo mayor que eres en determinados hechos de la vida cotidiana, de lo inmaduro que también puedes llegar a ser:

Te preguntan si estudias o trabajas, que si eres nini o capitalmente productivo, algunos niños te dicen señor y tu solamente ríes por lo irónica que es la vida con ese toque dulce que en pequeñas porciones nos regala.
No quieres probar cualquier droga como unos años antes; y ya no experimentas sin valorar los riesgos, lamentablemente esto irá creciendo considerable e irremediablemente, yo prefiero la balanza entre mis inquilinos rojo y blanco  que viven tras mi hombros.

Cuando hablas, los demás consideran la posibilidad de que puedas llevar la razón. Tú en cambio te das cuenta de que quizá no la tengas.
Muchos de tus amigos no viven con sus padres y compran coches y casas en lugar de chicles y papitas fritas en el quiosco de la esquina de tu barrio en compañia de tus hijos, habrá amigos tan raros que no hagan ninguna de estas dos, y prefiera letargos bohemios muy al estilo 2011.

No compras zapatos un número más grandes porque tu pie ya no va a crecer mas. En cambio, pantalones y playeras sí que crecen, no piensas que Inditex es lo máximo en la industria del vestir, eres mas duro de pelar ante los medios y sus publicidades connotativas.

Tus amigos no tienen granos. Unos se van quedando poco a poco más calvos y los otros pronto adornaran con canas su cabello, unos lucirán iguales y otros simplemente los veras siempre del mismo modo.

Te has dado cuenta de que el acontecimiento más importante de tu vida, no ha sido tu primera comunión, el cuadro de honor de la secundaria, ni nada de esas primeras experiencias que si bien son importantes, te dedicas a acomodas prioridades que te marcan, inclusive más que un papel o un bien material.

A veces te preocupas por el dinero o el oficio; pero lo que realmente te saca de quicio, es el no poder evitar pensar en ello. Cuestionas casi todo lo que te dicen tus progenitores, y ellos aceptan a veces a "cuenta muecas" dichos cuestionamientos.

No te avergüenza ir a la farmacia a comprar preservativos; a menos que la caja caduque.
No miras hacia arriba como lo solías hacer. (Que esperas para volver a hacerlo, a veces las respuestas se encuentran en el cielo)

Tienes que plasmar tu firma en mil sitios; y tú que antes pensabas que ni firma ni rúbrica valdrían jamás para nada…

Sabes de memoria tu código postal y algún otro número en los que están cifrados tu esencia, pero no te acuerdas del nombre de todos los personajes de tu serie favorita; a veces, hasta te la pierdes por hallarte inmerso en otra cosa.

Nunca podrías acabar una conversación airada con un: “¿Ah, sí? ¡Pues tú más?” o un “¡Tu primera con tu hermana la gordota!”

En las charlas con tus amigos, no sale frecuentemente el tema de quién perdió la virginidad ni cuándo, aunque a veces el niño y esa chispa se escapan de vez en cuando, pero no de manera infantil, ahora es mas melancólico e irónico.

Ves a los niños como si fueran de otro planeta, de otra humanidad y distintos de los de la época en que tú formabas parte.
Si descubres a alguien jugando con un coche teledirigido de gasolina, o una videoconsola último modelo; no darías la mitad de tu vida por ser él en ese momento.

Los videojuegos te parecen una pérdida de tiempo y sólo los usas para entretenerte y despejarte; o porque no tienes nada mejor que hacer.
Echas de menos la infancia, la inocencia y la candidez que un día destilaste y que hoy no son más que una vaga reminiscencia anquilosada en algún recóndito paraje de tu cabeza. Recordada siempre con una sonrisa e incredulidad en algunos casos.

Escribes estas líneas o unas semejantes a éstas; cayendo en la cuenta y rindiéndote a la evidencia de todas y de cada una de las proposiciones que afirmas.

Y es que…. Con un poco de suerte, tal vez  llegue al año que viene.

Si alguien tiene la fórmula para detener el tiempo, ruego se ponga en contacto conmigo. Para decirle que está perdiendo su tiempo en buscarlo, no sea patético ni desperdiciado,  mejor vallase a divertir y disfrutar los años venideros que entre más viejo, el tiempo parece que se vuelve tu peor enemigo, y que mejor que evitarlo en compañía de tu cómplice, tu familia, tus compañeros, AMIGOS y público en general.

Ya bien lo dice la rebuscada y sobrevalorada, pero savia por siempre Frida Kahlo.
“VIVA LA VIDA”

4 comentarios:

~SOL~ dijo...

y pense que era la unica que piensa asi a mis 25 primaveras...

Unknown dijo...

No tengo miedo de cumplir mas años, creo que mi infancia no la disfrute y solo pensé en ser grande, es de lo único de lo que me podría arrepentir, ahora vivo cada día como ninguno. Tampoco digo que ahora quiero cumplir 23 para entender todas tus palabras, que aun muy lógicas y muy convincentes es mejor esperar y vivirlas y después recordar este post. Y decir que tenias razón. :)

*** Daniel Cortés... dijo...

Felicidades, este post significa mucho para mí, porque volviste a escuchar tu voz interior. Feliz cumpleaños y pues veremos en unos meses si se me hace realidad lo que acabas de escribir

Unknown dijo...

*_____* Awww!! gracias, amo la vida y sus experiencias que te regala!!!